Cuando acabé la carrera de escenografía en la @resad fui al campo de mis abuelos a comer, era verano, mi abuelo Ramón llevaba algunos años jubilado, él es sastre y tuvo una sastrería/tienda preciosa en Oliva de la frontera.
En aquella comida, partiendo sandía debajo del toldo del patio me preguntó, «y ahora que has terminado la escuela de teatro, que? » yo le expliqué que diseñaría vestuario para los personajes, entonces me miró y dijo… «¡ostras, como no se me ocurrió a mi reinventarme y pasarme a eso cuando la ropa a medida desapareció y tuve que cerrar! «
Aquel momento fue la caída del guindo más fuerte a la que he asistido.
¿Cómo pudo no caer? Puede que fuera porque no tuvo apenas influencias o estímulos interdisciplinares como las que tuve yo, en la escuela de teatro, como él decía, me daba clase de espacio Alicia Blas, y básicamente lo que hacía durante las sesiones semanales de tres horas, era provocarnos expansiones mentales, hacernos mutar de estado, darnos herramientas para afrontar las cosas de manera creativa, también recuerdo que nos decía, es probable que cuando estéis abordando un diseño y estéis inmersas en crear una propuesta plástica para la obra, empecéis a vestiros y a elegir complementos para salir a la calle en los tonos con los que estéis trabajando, y así era, de manera inconsciente el mundo exterior nos influía y permeaba en nuestra psique traduciéndose en los colores de nuestra ropa.
En mayo de 2020 que llevábamos meses sin trabajar en proyecros nuevos de teatro o cine, porque las circunstancias no lo permitían, pensé en mi abuelo Ramón y en la revelación que tuvo. Ahora nosotras teníamos que aprovechar ese aprendizaje y decir… «ostras, vamos a reinventarnos haciendo ropa, mientras vuelve el teatro .Ahora está pasando todo a la inversa de como fue, ahora nosotras hacemos lo que hacía mi abuelo en Oliva y ahora que el exterior no está hirviendo y no nos permean nuevos estímulos, vamos a proponer nosotras colores vibrantes y brillantes que hagan mutar el exterior, que provoquen cambios profundos en el estdo de ánimo, que inviten a nuestra mente a expandirse como lo hacía (y hará) sumergirse en la creación de una puesta en escena.
En aquella comida, partiendo sandía debajo del toldo del patio me preguntó, «y ahora que has terminado la escuela de teatro, que? » yo le expliqué que diseñaría vestuario para los personajes, entonces me miró y dijo… «¡ostras, como no se me ocurrió a mi reinventarme y pasarme a eso cuando la ropa a medida desapareció y tuve que cerrar! «
Aquel momento fue la caída del guindo más fuerte a la que he asistido.
¿Cómo pudo no caer? Puede que fuera porque no tuvo apenas influencias o estímulos interdisciplinares como las que tuve yo, en la escuela de teatro, como él decía, me daba clase de espacio Alicia Blas, y básicamente lo que hacía durante las sesiones semanales de tres horas, era provocarnos expansiones mentales, hacernos mutar de estado, darnos herramientas para afrontar las cosas de manera creativa, también recuerdo que nos decía, es probable que cuando estéis abordando un diseño y estéis inmersas en crear una propuesta plástica para la obra, empecéis a vestiros y a elegir complementos para salir a la calle en los tonos con los que estéis trabajando, y así era, de manera inconsciente el mundo exterior nos influía y permeaba en nuestra psique traduciéndose en los colores de nuestra ropa.
En mayo de 2020 que llevábamos meses sin trabajar en proyecros nuevos de teatro o cine, porque las circunstancias no lo permitían, pensé en mi abuelo Ramón y en la revelación que tuvo. Ahora nosotras teníamos que aprovechar ese aprendizaje y decir… «ostras, vamos a reinventarnos haciendo ropa, mientras vuelve el teatro .Ahora está pasando todo a la inversa de como fue, ahora nosotras hacemos lo que hacía mi abuelo en Oliva y ahora que el exterior no está hirviendo y no nos permean nuevos estímulos, vamos a proponer nosotras colores vibrantes y brillantes que hagan mutar el exterior, que provoquen cambios profundos en el estdo de ánimo, que inviten a nuestra mente a expandirse como lo hacía (y hará) sumergirse en la creación de una puesta en escena.